sábado, 23 de junio de 2012

Viaje al Pirineo de Lérida: correoso trasiego montañoso

Título: Viaje al Pirineo de Lérida / Autor: Camilo José Cela / Editorial: Destino / Año: 2010
EV: Prescindible

Después de disfrutar con el vagabundeo de Viaje a la Alcalarria y Del Miño al Bidasoa, reconozco que había supuesto, tal vez de forma en exceso generosa, que en esta nueva aventura, el bueno de don Camilo iba a seguir hilando fino en ese arte de embelesar a un caminante que trata de viajar desde el sillón, con un disfrute parecido al de aquel que en realidad lo hace, gracias al arte de éste para trasladarnos a un sendero a menudo poblado con personajes extremos, unas veces pataleados por la vida, otras embadurnados de la propia desidia de la existencia, otras con un torrente de pasado que contar.

Y no es que en este nuevo libro el estilo de Cela haya cambiado. Sigue fiel a sus buenas maneras, a su carácter de analista, con ese deje de artista, de memorioso coleccionista de naturalezas, pero la cosa no parece acabar de funcionar aquí. Estamos, desde luego, ante un paisaje muy distinto al de la llanada castellana, o al del soberbio litoral cantábrico, y no hablo de belleza, que pueda ser la misma o más, a su manera. Cela quizá no digiere bien un Pirineo abigarrado, tamizado de pequeños valles, imbricados como neuronas en nuestra masa gris. El resultado es, a menudo, una retahila de nombres, sin casi mayor aderezo que algún tropezón toponímico, abundantes alusiones gastronómicas y, por qué no, también algún que otro pasaje escatológico si se tercia.

Lo cierto es que termina por ser indigesto este atracón de nombres de lugares que a uno le resulta imposible retener, por su volátil paso, y carencia, a menudo, de mayor sustancia que su pura referencia. Y es que los buenos libros de viajes son como tantas otras cosas en la vida, no se escriben cuando se quiere, sino cuando se puede.